lunes, 7 de mayo de 2018

Decidirse por Cristo



Por nuestra experiencia de vida sabemos que siempre debemos elegir por una cosa u otra. Cuando uno elige, lo hace poniendo el centro de su mirada en lo que entiende son sus prioridades, a la vez que trata de hacerlo en forma madura y responsable. Por eso es bueno recordar que hay una elección que debemos hacer en nuestras vidas que es trascendental para nosotros y nosotras. 

Me estoy refiriendo a decidirnos por Jesús o no. Él es quien le da sentido y propósito a nuestras vidas. Él es Rey y Señor nuestro. Él está por encima de todo y de todos. Como cada elección que hacemos en nuestras vidas, esta también es muy personal. Solo cada uno y cada una de nosotros y nosotras puede hacerlo por sí mismo, por sí misma. 

Para tomar esta decisión debemos saber al menos dos cosas: Primero los múltiples beneficios que recibimos a aceptar a Cristo en nuestras vidas, a saber: Vida eterna, libertad, perdón, seguridad, sentido y propósito. Segundo, saber que el seguir a Cristo tiene un costo y ese costo es la cruz. Como lo fue para los discípulos de Jesús, como lo fue para las comunidades cristianas primitivas, como lo fue para Dietrich Bonhoeffer (pastor y teólogo alemán víctima del nazismo), como lo fue para Martin Luther King (pastor y mártir estadounidense), como lo fue para muchos sacerdotes, pastores y laicos comprometidos en América Latina. 

Si queremos lograr lo primero, es decir, vida eterna, libertad, perdón, seguridad, sentido y propósito, debemos saber que nos la debemos jugar a favor del Reino de Dios con nuestra entrega y nuestro compromiso. Dios nos bendiga para que podamos tomar una decisión que, sabemos, es la mejor decisión para nuestras vidas…

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