miércoles, 10 de mayo de 2017

Retiro Temático por los 500 años de la Reforma Protestante

Como nos habíamos propuesto en el Retiro de Hombres y Mujeres en Copetonas, en Noviembre de 2016, los días 5 al 7 de Mayo realizamos el Retiro Temático por los 500 años de la Reforma Protestante. El lugar: Villa Don Bosco, en Sierra de la Ventana.
La consigna era llegar el viernes a partir de las 17 hs., y así fue. Quienes iban llegando se ubicaban en las habitaciones. Más tarde entre todos/as preparamos la cena.
Después de comer, fuimos todos/as a la capilla dentro del mismo edificio, y cerramos el día con un devocional.
La mañana del sábado comenzó tempranito: a las 8 hs. el devocional en la capilla y luego, el desayuno.
Y comenzamos a transitar en el tunel del tiempo.
Este video, que en 10 minutos explica de forma sencilla el sistema feudal, fue una buena introducción para hablar acerca del movimiento de la Reforma.
Una vez aclaradas las dudas, entre todos/as pudimos comprender las muchas razones para que por fin cristalizara ese cambio que se había iniciado ya en el siglo XII con Pedro Valdo, en Italia.
La charla fue matizada con videos que nos mostraban algunas cosas curiosas, como este que nos habla acerca de las costumbres de la Edad Media.
A cada información se sumaba un momento de reflexión y de ponernos en los zapatos de la gente de la época, que en definitiva era el objetivo de este retiro.
Vimos el lugar de la mujer en esos tiempos, las tareas que realizaba y los valores con los que se manejaban.
Pero también era importante descubrir que la gente se entretenía y se divertía. Y lo más importante: nos dimos cuenta de cuántas cosas que se hacian n aquel tiempo siguen vigentes aún hoy día.
Entremedio cocinamos entre todos/as, y una vez lista la comida, nos sentamos a disfrutar de un delicioso almuerzo.
Entre el almuerzo y la merienda, tuvimos un rato libre, que cada uno/a aprovechó como quiso. Varias personas durmieron una siestita, otras salieron a recorrer la zona, aprovechando el hermoso paisaje en el que nos encontrábamos, y otras, hicieron ambas cosas jeje.
Como a las 17 hs. hicimos unos mates y también té, para acompañar las tortas que algunas mujeres habían traído para compartir.
Después se juntaron los grupos que estarían a cargo de los devocionales de la noche,
de la mañana,
y de cierre.
Y seguimos trabajando, viajando por el tunel del tiempo.
Vimos la ropa, hablamos sobre la higiene personal, las casas, las camas, la suciedad en la que vivían y las enfermedades que causaba la basura acumulada. Vimos los artilugios para disminuir los olores y como camuflaban la carne con especies y aromas para que no se sintiera el sabor a podrido.
Como una forma de hacernos carne de ese tiempo, nos propusimos aprender un baile de la época. Vimos tres, pero nos quedamos con la última propuesta.
Miramos varias veces el video.
Después lo fuimos imitando por partes.
Hasta que lo pudimos hacer sin mirar, sólo escuchando la música. Aunque para facilitar, lo adaptamos al poco tiempo del que disponíamos.
Entre todos/as preparamos la comida, una vez lista la cena, fueron llegando los personajes invitados a la fiesta.
Una pareja de artesanos.
Una doncella de palacio.
  Una pareja de la burguesía.
Una pareja de viajantes, probablemente musulmanes.
Un cazador.
Dos caballeros y un monje.
Antes de la comida, una de las mujeres de la época consideró importante compartir una serie de consejos para comportarse educadamente en la mesa:
Los modales en la mesa
Los libros de etiqueta que se conservan explican cómo hay que comportarse en la mesa. A continuación figuran algunos buenos consejos:
• Absteneos de escupir cuando estéis sentados en la mesa.
• Si os enjuagáis la boca cuando estáis comiendo, no debéis escupir el agua en el plato sino que debéis hacerlo en el suelo y educadamente.
• Si os sonáis la nariz, acordaos de limpiaros la mano con la manga del vestido. (en la época no existían los pañuelos).
• No os limpiéis los dientes o los ojos con el mantel.
• Si hay un servidor de Dios en la mesa tened especial cuidado dónde escupís.
• No os mondéis los dientes con un cuchillo, una paja o un palo en la mesa.
Una vez finalizada la comida, Alberto fue presentando a los personajes que vinieron a visitarnos de 500 años atrás en el tiempo:
La doncella nos contó su vida en palacio, Si bien estaba bien vestida, ella no era de la nobleza, trabajaba para ellos. Ella acompañaba a la señora, la peinaba, la vestía, la bañaba... pero nos contó también que por las noches a veces el señor, se pasaba a su cama y la obligaba a tener sexo con él.
Frida, una mujer que tiene un puesto de telas, cintas, lanas, botones y otras cosas, en la feria, nos contó un poco de su vida acomodada. Ella estaba muy felizmente casada con un Maestro de Artes, profesor de la Universidad, llamado Sigfrido. Algunos se equivocaron y pensaron que eran Martín Lutero y su esposa Catarina Von Bora... pero sólo eran parecidos ¡Una coincidencia, nada más!
Él es un artesano de la madera, que trabaja mucho y tiene un buen pasar económico, su esposa sólo se ocupa de las tareas de la casa... que no son pocas. Eran muy felices de la vida que llevaban.
Los caballeros se presentaron sin mucha explicación, pero estábamos muy contentos/as de tenerlos entre nosotros. Mostraron sus artes sobre el caballo.
Los viajeron nos contaron que venían de muy lejos, que no tenían problemas económicos. Sus viajes tenían que ver con que venían con productos de otros lugares para vender en Europa.
El cazador se presentó por último. Nos contó se su trabajo y cuán bueno era para ese menester.
Una vez presentados los personajes
¡se armó el baile!
Realmente fue muy divertido y satisfactorio ver el resultado del esfuerzo realizado por la tarde.
Aquí los prsonajes que viniron viajando por el tunel del tiempo.
Y aquí con los/as demás que compartimos esa noche maravillosa.
Luego nos fuimos a la capilla al devocional de la noche.
La mañana del domingo amaneció fría y con lluvia. Después del devocional fuimos a desayunar. Todavía teníamos cosas por delante.
Con este video animado entramos en el tema.
Luego nos reunimos en una ronda para compartir nuestras impresiones y para ver qué nos podemos llevar de todo lo que vimos.
Comparimos muchos pensamientos y sentimientos, temores y sueños.
Una cosa nos quedó claro, que si Lutero no se hubiera sensibilizado por su entorno, por la gente que sufría los abusos tanto de la Iglesia como de los señores feudales, si no se hubiera arriesgado, nada hubiera pasado. Eso también nos desafía a salirnos de nuestra comodidad y poner nuestro grano de arena.
Para finalizar, cada uno/a, en un par de palabras compartió lo que significó el retiro.
Después preparamos la comida entre todos/as,
y disfrutamos un exquisito almuerzo.
Una vez que terminamos la comida, fuimos a la capilla para celebrar el devocional de cierre o despedida.

El lugar:

No queríamos dejar de mostrarles el hermoso lugar en el que realizamos nuestro retiro.
Si bien no está lejos de la ruta, al estar en declive, queda totalmente escondido para la gente que pasa, eso lo hace muy íntimo.
El predio tiene un lugar para acampar y diferentes canchas para hacer deporte.
Esta es la vista externa de la capilla, muy bonita y sencilla.
Hay varios senderos
que llevan a un arroyo en donde se puede bañar en el verano. Hay todo tipo de animalitos salvajes, entre ellos, carpinchos.

Las comidas:

Parte del viaje en el tiempo lo hicimos a través de la gastronomía. En los días del Retiro sólo consumimos ingredientes que existían en la Alemania del s.XVI
En la cena del viernes comimos pollo y cerdo asado en el horno, acelga rehogada con cebolla y huevo, ensaladas de lechuga y repollo blanco. Para acompañar: pan integral.
Uno de las comidas básicas era el pan integral, sobre todo de centeno. Constituía el 70% de la dieta del pueblo. Sólo los reyes comían pan de harina blanca de trigo.
Una de las caractrísticas de la comida de la Edad Media es que se hacía entrada, comida y postre.
Nosotros/as no hicimos entrada, pro sí postre: puridge de mijo y avena con miel o azúcar.
En el almuerzo del sábado hicimos un guiso de lentejas (muy común en ese tiempo), con cebolla, ajo, zanbahorias, calabaza, carne de cerdo y chorizos. Por supuesto, acompañado con pan integral.
Postre: arroz con leche con azúcar con canela. Una curiosidad: el arroz siempre se comía dulce en ese tiempo.
La noche del sábado era la fiesta, para ello se hizo un lechón asado al horno con mostaza y miel. La mostaza era uno de los condimentos comunes.
Muchas personas usaban pan en vez de plato Por eso, hicimos panes redondos para usarlos como platos.
Aquí está la costilla d cerdo con puré de manzanas (algo muy típico de ese tiempo), iba acompañado con porotos hervidos, ensalada de lechuga y de repollo blanco, y un rehogado d acelga, cebolla y coliflor con huevo revuelto.
Nuevamente el postre fue puridge de mijo y avena con miel o azúcar.
El almuerzo del domingo fue cordero asado con zanahoria y calabaza hervida, ensaladas de repollo blanco y de lechuga (infaltable!!) y un rehogado de cebollas, zanahorias, chauchas y coliflor, revuelto con huevo. Y por supuesto: pan integral.
De postre, lo que quedaba del puridge y peras frescas.

Equipos de trabajo:

Una de las cosas para destacar fue la buena disposición de todos/as los/as participantes de trabajar en equipo, tanto para hacer las comidas como para lavar los platos y limpiar.
Cada uno/a colaboraba en sus posiblidades,
y con su conocimiento.
Realmente ha sido un placer sentir también en eso, la comunión.

Devocionales:

La propuesta desde el primer día fue armar los devocionales a partir de la propuesta de Lutero en el Catesismo Menor. Repartimos hojas en donde no sólo estaban las oraciones de la mañana y de la noche, sino las de bendición y agradecimiento en la mesa.
Estas dicen:
La Bendición
Tanto los niños como los criados se acercarán a la mesa con las manos juntas y reverentemente, dirán así: «Los ojos de todos esperan en Ti, Señor, y Tú les das la comida a su tiempo. Abres tu mano y colmas de bendiciones a todo ser viviente». Luego recitarán el Padrenuestro y esta oración:
«Señor Dios, Padre celestial: Bendícenos y bendice estos tus dones, que de tu gran bondad recibimos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén».

Acción de Gracias
Así también, después de haber comido, dirán igualmente con reverencia y con las manos juntas cómo símbolo de la unión en Cristo: «Dad gracias al Señor, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia. Él da alimento a todo ser viviente; mantiene a todas sus criaturas, y escucha a todos los que claman a Él. El Señor no se deleita en la fuerza de los poderosos, ni se complace con la destreza del hombre. Se complace el Señor en los que le temen, y en los que esperan en su misericordia». Entonces recitarán el Padrenuestro, añadiendo la siguiente oración:
«Te damos gracias, Señor Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, por todos tus beneficios y por tu amor hacia nosotros tus hijos: Tú que vives y reinas por todos los siglos. Amén».
En el devocional de la noche compartimos el Salmo 118, el preferido de Lutero que dice:
"¡Aleluya!
¡Den gracias al Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!
¡Diga la casa de Israel: que es eterno su amor!
¡Diga la casa de Aarón: que es eterno su amor!
¡Digan los que temen a Señor: que es eterno su amor!
En mi angustia hacia Señor grité,
él me respondió y me dio respiro;
Señor está por mí, no tengo miedo,
¿qué puede hacerme el hombre?
Señor está por mí, entre los que me ayudan,
y yo desafío a los que me odian.
Mejor es refugiarse en Señor que confiar en hombre;
mejor es refugiarse en Señor que confiar en magnates.
Me rodeaban todos los gentiles:
en el nombre de Señor los cercené;
me rodeaban, me asediaban:
en el nombre de Señor los cercené.
Me rodeaban como avispas, llameaban como fuego de zarzas:
en el nombre de Señor los cercené.
Se me empujó, se me empujó para abatirme,
pero Señor vino en mi ayuda;
mi fuerza y mi cántico es Señor, él ha sido para mí la salvación.
Clamor de júbilo y salvación, en las tiendas de los justos:
«¡La diestra de Señor hace proezas,
excelsa la diestra de Señor, la diestra de Señor hace proezas!»
No, no he de morir, que viviré, y contaré las obras de Señor;
me castigó, me castigó Señor, pero a la muerte no me entregó.
¡Abranme las puertas de justicia,
entraré por ellas, daré gracias a Señor!
Aquí está la puerta de Señor, por ella entran los justos.
Gracias te doy, porque me has respondido,
y has sido para mí la salvación.
La piedra que los constructores desecharon
en piedra angular se ha convertido;
esta ha sido la obra de Señor, una maravilla a nuestros ojos.
¡Este es el día que Señor ha hecho,
exultemos y gocémonos en él!
¡Ah, Señor, da la salvación! ¡Ah, Señor, da el éxito!
¡Bendito el que viene en el nombre de Señor!
Desde la Casa de Señor les bendecimos.
Señor es Dios, él nos ilumina.
¡Cierren la procesión, ramos en mano,
hasta los cuernos del altar!
Tú eres mi Dios, yo te doy gracias, Dios mío, yo te exalto.
¡Den gracias a Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!" Amen.
Luego de hablar acerca de por qué era el Salmo preferido de Lutero, pensamos en nuestros textos y Salmos preferidos. Confesamos la fe a través del Credo Apostólico, y luego leímos juntos/as la oración de la noche:
«Te doy gracias, Padre celestial, por medio de Jesucristo, tu amado Hijo, porque me has protegido humildemente en este día, y te ruego que me perdones todos mis pecados y donde cometí un mal, que me guardes benignamente en esta noche; pues en tus manos me encomiendo a mí mismo, mi cuerpo, mi vida y todo lo que soy y lo que tengo. Que tu santo ángel me acompañe para que el mal no tenga ningún poder sobre mí. Amén».
Finalizando con el Padrenuestro y una bendición.
La pastora había traído un devocionario, una réplica de los que se usaban en la Edad Media, vimos los detalles y la riqueza de las imágenes.
Hablamos acerca de la importancia de las hierbas aromáticas para espantar los malos olores. Como un símbolo repartimos ramitos de lavanda para la ropa y la cama, una costumbre habitual en la época.
En la mañana del sábado nos juntamos a las 8 hs. para el devocional.
Esta vez fue el versículo preferido de la pastora: 1 Corintios 15:51-58
"¡Miren! Les revelo un misterio: No moriremos todos, mas todos seremos transformados. En un instante, en un pestañear de ojos, al toque de la trompeta final, pues sonará la trompeta, los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados. En efecto, es necesario que este ser corruptible se revista de incorruptibilidad; y que este ser mortal se revista de inmortalidad. Y cuando este ser corruptible se revista de incorruptibilidad y este ser mortal se revista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: La muerte ha sido devorada en la victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado; y la fuerza del pecado, la Ley. Pero ¡gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo! Así pues, hermanos míos amados, manténganse firmes, inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo no es vano en el Señor." Amén.
Compartimos su significado y luego leímos juntos/as la oración de la mañana:
«Te doy gracias, Padre celestial, por medio de Jesucristo, tu amado Hijo, porque me has protegido durante esta noche de todo mal y peligro, y te ruego que también durante este día me guardes de pecados y de todo mal, para que te agrade todo mi obrar y vivir; pues en tus manos me encomiendo a mí mismo, mi cuerpo, mi vida y todo lo que soy y lo que tengo. Que tu santo ángel me acompañe para que el mal no tenga ningún poder sobre mí. Amén».
Finalizamos con el Padrenuestro y una bendición.
Después organizamos los grupos que se ocuparían de los devocionales que quedaban por delante. La forma de armar los grupos fue a partir de los versículos o Salmos preferidos, de esa manera también repartimos los temas.
En el devocional de la noche del sábado
comenzaron creando el clima de la angustia, de la necesidad de Dios, que se simbolizó con las velas apagadas.
Y luego, cada cual fue leyendo su texto favorito mientras encendían las velas.
Finalizamos orando el Padrenuestro. Un buen final de un día intenso.
En el devocional de la mañana del domingo, como dinámica habían distribuído los elementos del altar por toda la capilla, incluso algunas velas las habían dejado afuera, en algunos bancos.
Nuestra fe en Dios nos ordena la vida, nos da paz.
Después de leer los textos preferidos, se invitó a la gente a buscar los elementos desparramados por la capilla
para que las ubiquen en el altar de la forma que más les guste.
La gente participó activamente
dejando el altar bien bonito.
  Gracias a la tecnología pudimos cantar El Señor de la danza, ya que el devocional también estaba inspirado en la danza, como un movimiento ordenado y sincronizado con las demás personas.
Finalizamos orando el Padrenuestro y con una bendición.
El devocional de cierre o despedida fue sobre la vida
y como símbolo de la vida trajeron agua del arroyo con sus plantas y pececitos o renacuajos.
Los textos elegidos estaban relacionados con la vida distinta a la que Jesús nos invita, una vida en abundancia.
El pan es importante para la vida, y para la fe, el compartir la Santa Cena. Esa fue la fuerza para el envío, para poder compartir tanta riqueza que recibimos en estos días de retiro.
Finalizamos orando el Padrenuestro y recibiendo la bendición mutua para un buen viaje y regreso a nuestros hogares.

Tiempo libre:

No todo fue trabajo en el retiro.
Como siempre dedicamos un tiempo al descanso y el esparcimiento.
Quienes decidieron salir a caminar en vez de dormir una siestita, pudieron disfrutar de un paisaje hermoso, a pleno con la naturaleza tan hermosa que Dios nos ha dado.
Para los momentos de esparcimiento, dentro del mismo edificio había una mesa de pin pon que hizo la delicia de grandes y chicos... y sobre todo de chicos.
Cuando salimos del devocional de cierre, como no podía ser de otra manera, tuvimos que bailar una vez más lo que con tanto esfuerzo y alegría habíamos logrado. En este video hemos hecho un compilado con el antes, la presentación y el último baile que fue sin música, sólo la que nosotros/as cantamos. Fue muy divertido.
Y aquí está el grupo:
arriba: Graciela, Ely, María Esther, Estela, Sandra, Alejandro, Germán, Cristina, Patricia, Norberto, Edelmiro y Juancito
abajo: Juan, Walter, Benjamín, Jonás, Alberto y Facundo.
¡Muchas gracias por la buena onda y por animarse a viajar 500 años atrás!
Nos vemos en el Retiro de Hombres y Mujeres en Noviembre, en Copetonas.

Estela Andersen

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