martes, 16 de mayo de 2017

Bodas de Oro en la comunidad de Suárez

El domingo 14 de Mayo, en el espacio del culto, Alicia Erebige y Ruben Rahn recibieron una bendición por el 50° Aniversario de Bodas, en la comunidad de Suárez.
Después del mensaje del domingo, la pastora realizó una introducción recordando que hacía 50 años Alicia y Ruben se habían prometido en este mismo lugar, amarse y honrarse mutuamente, permanecer juntos en tiempos de alegría y en tiempos de tristeza, y vivir en matrimonio juntos de acuerdo a los mandamientos de Dios. En aquel momento respondieron: "si, con la ayuda de Dios." Y Dios los ayudó, los mantuvo juntos y vivos... una razón para agradecer a Dios, sin duda alguna.
Luego, la pastora les leyó el Salmo 1 y una reflexión:

“¡Dichoso el hombre que no sigue
el consejo de los impíos,
ni en la senda de los pecadores se detiene,
ni en el banco de los burlones se sienta,
mas se complace en la ley de mi Señor,
su ley susurra día y noche!

Es como un árbol plantado
junto a corrientes de agua,
que da a su tiempo el fruto,
y jamás se amustia su follaje;
todo lo que hace sale bien.

¡No así los impíos, no así!
Que ellos son como paja que se lleva el viento.
Por eso, no resistirán en el Juicio los impíos,
ni los pecadores en la comunidad de los justos.
Porque mi Señor conoce el camino de los justos,
pero el camino de los impíos se pierde.” Amén.

Dicen que 20 años no son nada y seguramente en este momento, en que están celebrando los 50 años de casados, también están pensando ¡Cómo se pasaron volando! Pero si se ponen a pensar en todas las cosas que han pasado juntos, si comienzan a contar los recuerdos de todos esos años, se darán cuenta de lo mucho que ha pasado en sus vidas, de las muchas bendiciones que Dios derramó sobre ustedes: en tiempos buenos… pero en los malos también.
Ustedes son como un árbol plantado junto a las corrientes de agua, ustedes, como matrimonio, se han mantenido juntos porque les une el amor y la fe. Siempre han tomado del agua viva que es Cristo, a pesar que las muchas opciones que se les ha presentado.
El Salmo dice que “el árbol plantado junto a corrientes de agua, que da a su tiempo el fruto, y jamás se amustia su follaje; todo lo que hace sale bien”. Y es así. Hoy han formado una hermosa familia, han crecido en el amor y en la fe. Dios les ha bendecido y por eso es que hoy agradecen a Dios por eso.
¿Qué más pueden pedir? Seguramente nada. Pero sepan que son un modelo para sus hijos, nietos y amigos, y eso es una responsabilidad también. A ustedes les toca compartir su experiencia de cuidado mutuo, de paciencia y tolerancia. Porque el amor de pareja de construye, en oración y en responsabilidad. Cada uno ha tenido que dejar algo por el otro, pensar siempre desde el dos, en que nada es posible sin esfuerzo, aunque esto mismo le haya brindado la felicidad en la que viven, pero que saben que ya el camino que queda es el más corto.
Que Dios les bendiga y les fortalezca en lo que queda de sus vidas. Amén.
Toda la comunidad de pie, oró por la pareja:
Todopoderoso, bondadoso Dios y Padre, te alabamos y te glorificamos porque tú has guiado fiel y misericordiosamente a este matrimonio durante todos estos años. Con amor de padre los has cuidado y protegido, los has salvado de necesidad y peligro, y conducido con tu misericordia hasta esta edad avanzada.
¡Óyenos, Señor, y acepta nuestro agradecimiento! Te rogamos que tú los ayudes y protejas mientras vivan aquí en la tierra. Sostenlos en los días de ancianidad; aparta con misericordia todo accidente o peligro de ellos y permite que sientan siempre el consuelo y la paz de tu Espíritu Santo.
Y en aquel día en que tú los quieras llamar de esta vida, que estés con ellos en su última hora y permíteles permanecer en tu reino ahora y siempre para alabarte y glorificarte con todos los tuyos, por los siglos de los siglos. Amén.

Luego, con las manos tomadas, recibieron una bendición:
El misericordioso Dios y Padre, que los ha ayudado hasta este momento, que con su gracia los ha mantenido y bendecido, les dé también de ahora en adelante su protección divina y su bendición. Que él permita que los corazones de ustedes sigan unidos en amor fiel hasta el fin. Paz sea con ustedes. Amén.
Y cerraron toda la celebración con un beso, con el aplauso de todos los presentes.
Realmente un momento muy emotivo tanto para la familia como para la comunidad.

Estela Andersen

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