miércoles, 10 de mayo de 2017

Bendición Nupcial en Bahía Blanca

El sábado 22 de Abril, en la comunidad de Bahía Blanca, en Castelar 2257,
Patricia Bao y Juan Carlos Silva recibieron la Bendición Nupcial.
Ellos eligieron las palabras del Salmo:
“Señor, tú me mostrarás el camino de la vida.
Hay gran alegría en tu presencia;
hay dicha eterna junto a ti” Amén.
En el momento del mensaje, después de leer el texto de la 1° Carta de Juan 4:11-19, la pastora les hizo trenzar tres cintas de diferentes colores. Luego les dijo estas palabras:
Normalmente decimos que el amor es una cosa de dos, el amor une a dos personas que forman una pareja, que deciden en algún momento, compartir sus vidas por completo en la convivencia. Dos vidas que se trenzan.
Pero esta trenza que armaron Patricia y Juan Carlos tiene una cinta más… ¿qué significa esto?
Recién compartíamos el texto de 1 Juan que habla acerca del amor diciendo: “Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios en él”, por lo tanto, donde dos personas se aman, ahí también está Dios. Dios es quien permite que ese amor nazca y lo bendice también. Así seguramente podrían llegar a la conclusión de que no hace falta que las parejas reciban una bendición nupcial, como hoy, por ejemplo, porque Dios ya las ha bendecido desde el inicio de su amor. Ése que hoy comparten con todos nosotros/as aquí.
¿Por qué, entonces Patricia y Juan Carlos han decidido venir hoy a la iglesia a buscar la bendición de Dios?
Ahí está justamente el símbolo de la trenza que acaban de trenzar: la tercera cinta… o la primera, también podríamos decir, es Dios. Las otras dos, son Patricia y Juan Carlos. Ellos buscan en esta ceremonia pedir a Dios que les acompañe en esta hermosa pero difícil tarea de construir el estado matrimonial. Que Dios esté presente en cada momento, en los felices, en los íntimos, en los prósperos, pero también y sobre todo, en los momentos difíciles: en las dudas, en las crisis, en las pérdidas. Sólo Dios puede lograr que lleguen juntos a la ancianidad, sólo Dios puede lograr que vayan creciendo en amor, unidad y respeto mutuo, trenzando sus vidas “de a tres”.
Yo traje tres símbolos para compartir con ustedes: 1 vela, 1 tejido y una planta. La vela significa que cada uno de ustedes debe ser luz para el otro, pero para eso es necesario que se consuman, que se entreguen, que no se oculten las cosas que hacen ni sus pensamientos. El tejido significa la perseverancia: una vida juntos es el trabajo diario, es la dedicación de cada día, que punto por punto formará el tejido de sus vidas. La vida en comunión no es mágica, sino que está hecha de pequeños detalles en los que, al igual que un tejido, deben reparar si se equivocaron, tienen que volver atrás, para retomar. Tiene que ver con la paciencia, que es una de las facetas del amor. La planta significa el cuidado mutuo. Ninguno de los dos es más importante que el otro, deben lograr crecer en sus proyectos, en sus sueños, pero a la vez no ahogar o postergar al otro. Ambos deben crecer en armonía, parejo, y deben poder dar los frutos del Espíritu que Dios les ha dado, a través de los dones de cada uno.
El amor tiene que ver con entrega, perseverancia, asumir nuestros errores y el cuidado mutuo, sin estos ingredientes nada va a ser posible.
Dios es amor y el que vive en el amor vive en Dios y Dios en él.
Ustedes ya viven en el amor con que Dios les ha bendecido, trencen sus vidas de forma tal que mantengan cada uno sus propias características, igual que los colores de cada cinta, pero a la vez en comunión y unidad. Cuídense, respétense, busquen ayuda si lo necesitan, y sobre todo ámense en la confianza y la certeza de que Dios está con ustedes. ¡Que Dios les bendiga! Amén.
Con las palabras de Jesús: “Como el Padre me amó, yo también los amé a ustedes, permanezcan en mi amor. Si guardan mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les dije esto, para que mi alegría esté con ustedes y para que la alegría de ustedes sea plena. Este es mi mandamiento: que se amen uno a otros como yo los amé”. (Juan 15:9-12), se introdujo al momento del compromiso de esta manera:

  • Juan Carlos Silva, ¿quieres tomar por esposa a Patricia Fabiana Bao, amarla y honrarla, permanecer con ella en tiempos de alegría y en tiempos de tristeza y vivir en matrimonio con ella? Entonces contesta: sí, con la ayuda de Dios
  • Patricia Fabiana Bao, ¿quieres tomar por esposo a Juan Carlos Silva, amarlo y honrarlo, permanecer con él en tiempos de alegría y en tiempos de tristeza y vivir en matrimonio con él?  Entonces contesta: sí, con la ayuda de Dios

Así como Dios dio muestras de fidelidad hacia nosotros, ustedes decidieron usar alianzas; ellas son un símbolo de unión, son una señal para el camino que ya hace varios años recorren juntos. Entréguense los anillos como símbolo y señal del amor que los une.
Mientras intercambiaban los anillos, Stephanie Malbert entonó una canción acorde al momento.
Luego se hizo una oración por el matrimonio y después recibieron esta bendición:
Dios les bendiga y les proteja de todo mal.

Que Él les bendiga y haga crecer su amor.
Dios les acompañe con su palabra,
les dé un corazón fiel y obediente
y les lleve  la vida eterna. Amén.
Como final de la ceremonia, toda la comunidad oró junto a ellos con estas palabras:
Junto con Patricia y Juan Carlos, que elevan estas palabras a nuestro Señor en este día tan especial, acompañándolos no sólo en este momento, sino siempre, como parte de la gran familia, que es la comunidad cristiana, y que confíen en que aquí encontrarán contención y comprensión, oremos:
Confiamos uno en el otro. Queremos vivir juntos.
Nos influiremos mutuamente con nuestras virtudes y nuestros defectos, que aquello que nos decimos, con las palabras no dichas, con lo que nos daremos o quedaremos debiéndonos.
No siempre será fácil cuando un día se empiece a parecer al anterior, cuando el comprender requiera fuerzas y las alegrías sean escasas.
Pero tenemos fe en que los comienzos son posibles y tenemos esperanzas de que siempre es posible un nuevo punto de vista.
Necesitamos paciencia para esperar al otro y fuerza para soportar aquellas cosas que les dificultan la vida.
Confiamos en las palabras que resuelven los malentendidos. Confiamos en los gestos que les vuelven a unir. Confiamos en poder dar y recibir perdón.
Confiamos en el amor que se renueva, vivimos en la esperanza que aguarda el nuevo día.
Lo que deseamos y esperamos es mucho más de lo que logramos.
Dependeremos uno del otro, de una amistad que esperamos vivir de aquí en más cada día. Amén.
Por supuesto no podía faltar el Padrenuestro
Y esta bendición a toda la comunidad presente:
Por encima de nosotros: el rostro de Dios.
Delante de nosotros: la luz de su Palabra.
Alrededor nuestro: el amor de Dios.
Por siempre y cada día: su bendición. Amén.
Mientras salían, Stephanie entonó otra canción, de la misma manera que lo había hecho al entrar la pareja.
Realmente un momento muy emotivo no sólo para Patricia y Juan Carlos y su familia, sino para toda la comunidad de Bahía Blanca.

Estela Andersen

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